Pichirilo Mejía: Lobo de mar y héroe internacionalista

Aunque su verdadero nombre era Ramón Mejía del Castillo, todos le conocieron como Pichirilo Mejía. Era oriundo de San Pedro de Macorís, miembro de una familia dedicada a la navegación en pequeñas goletas que entre los años de la década de los treinta y los cuarenta del siglo pasado, laboraban en esa actividad viajando desde nuestro país a las pequeñas Antillas transportando frutos y pasajeros de escasos recursos, generalmente obreros inmigrantes nativos de esas islas caribeñas que venían a nuestro país a trabajar en la industria azucarera.

En unos de esos viajes Mejía decidió no regresar y radicarse en Cuba donde se unió a los grupos de exiliados dedicados a las actividades antitrujillistas. En 1956, junto a Pablo Martínez, Máximo López Molina y Julio César Martínez, fue miembro fundador del Movimiento Popular Dominicano.

Ese mismo año ya se había enrolado en las actividades de la resistencia urbana del Movimiento 26 de julio, que luchaba en la patria de Martí por el derrocamiento del dictador Batista. En esa agrupación política conoció y estrechó amistad con su máximo dirigente, el Dr. Fidel Castro Ruz, quien recién había salido de la cárcel donde había permanecido prisionero después del fracaso en julio de 1953 del asalto al Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba.

Por tales antecedentes políticos y por sus conocimientos en la navegación marítima, el Dr. Castro lo eligió para que condujera el yate Gramma que partió desde México a finales de noviembre de 1956 para iniciar la lucha guerrillera contra el sanguinario dictador cubano.

Las narraciones documentales sobre esa acción indican que la travesía del pequeño yate apenas con capacidad para doce personas que arribó a las playas La Colarada, en Oriente, el 2 de diciembre de ese año, con unos 80 guerrilleros cargados además con armas, pertrechos, etc., fue una verdadera proeza.

Como se conoce, poco después del desembarco el grupo expedicionario de Castro fue sorprendido y atacado por tropas del ejército de Batista, muriendo en ese encuentro 21 guerrilleros y dispersándose los más en los montes para salvar la vida. Solo 16 lograron evadir el ataque junto a Fidel e internarse en las montañas de la Sierra Maestra para dar inicio a la lucha armada que culminó con su triunfo el 1ro. de enero de 1959.

Se conoce que Pichirilo Mejía fue uno de los que logró salvarse de aquel ataque. Más tarde se trasladó a La Habana donde continuó su colaboración con el 26 de julio. Allí permaneció después del triunfo de la revolución regresando en 1963 durante el gobierno de Bosch, derrocado en septiembre de 1963.

Cuando en abril de 1965 se inició la revuelta cívico-militar para restaurar el orden constitucional y reponer en el poder al profesor Bosch, Pichirilo Mejía se unió a la insurrección y a la resistencia a las tropas norteamericanas que invadieron nuestra nación, en la 2da. Intervención militar de Estados Unidos a nuestra patria.

Por su experiencia militar Pichirilo Mejía ocupó la jefatura del Comando de San Antón, establecido en la barriada del mismo nombre, en las cercanías de la Zona Colonial de la ciudad capital.

Después de finalizada la resistencia patriótica contra las fuerzas extranjeras y la llegada al poder del Dr. Joaquín Balaguer, la noche del 12 de agosto de 1966, al salir de su hogar situado en la misma barriada de San Antón, cuyos moradores le vieron combatir con coraje de leyenda contra las tropas norteamericanas, a las 10 de la noche, fue asesinado por dos tiros por la espalda por un terrorista de los utilizados en aquellos tenebrosos días por la extrema derecha.