La rebelión de los Sargentos. 1959.

Los procedimientos de tortura a que fueron sometidos por Ramfis Trujillo, jefe de la Fuerza Aérea y su grupo, los expedicionarios del 14 y 20 de junio, conmovió a la sociedad dominicana, y al propio tiempo, el comportamiento que exhibieron aquellos hombres conocidos como la “Raza Inmortal”, antes sus torturadores y durante su fusilamiento, estimuló los sentimientos democráticos de la generalidad de los dominicanos.

Esa realidad se expresó aún dentro de las Fuerzas Armadas, muy a pesar de los rigurosos controles de la dictadura sobre los cuerpos militares y del ambiente de terror existente en sus filas.

Así por ejemplo, pocos días después de que el hijo del tirano personalmente acompañado de altos oficiales llevara a efecto en la Base Aérea de San Isidro los últimos fusilamientos de los expedicionarios del 14 de junio, un grupo de sargentos inició allí una conspiración para derribar la tiranía.

El proyecto conspirativo envolvió fundamentalmente a técnicos y mecánicos de la aviación militar, no poco de los cuales habían recibido entrenamientos en el exterior. Varios de ellos habían estudiado mecánica de aviación en la base aérea de Estados Unidos en Panamá.

Los principales dirigentes de ese proyecto de rebelión fueron los sargentos: Rafael Vargas Roman, Ulises Jaquez Bencosme, Dalmiro Amaro Moquete y Víctor Manuel Espinosa. Los comprometidos en aquella acción sumaban varias decenas, casi todos con el mismo rango.

A principios de agosto de 1959, cuando los sargentos ya habían discutido y culminado todo un plan de acción contra la tiranía para iniciar su movimiento libertario, y habían concluido el sabotaje de varios aviones y tanques que fueron inutilizados, el propósito libertario fue develado y sus principales dirigentes apresados. En total fueron apresados, sometidos a torturas y fusilados, 22 miembros de la Fuerza Aérea, casi todos sargentos.